La soberanía del dato en 2026
La soberanía del dato se consolidará en 2026 como uno de los temas críticos para empresas y administraciones, un asunto que dejará de ser meramente técnico para convertirse en una cuestión de poder estratégico, económico y geopolítico.
Así lo afirma Daniel Fried, vicepresidente senior EMEA de Object First, quien anticipa un nuevo escenario marcado por la autonomía digital y las infraestructuras soberanas.
La soberanía del dato: de la normativa al poder
El avance del cloud y la adopción masiva de la inteligencia artificial están redefiniendo el valor del dato. Para Fried, la pregunta clave ya no es cómo se procesa la información, sino quién controla su acceso.
“En 2026, la soberanía del dato ya no es un requisito de cumplimiento, sino un instrumento de poder”, afirma el directivo de Object First. “Para las empresas europeas, saber dónde se almacena su información y quién puede acceder a ella será tan estratégico como proteger su propiedad intelectual”.
El reciente Digital Sovereignty Summit celebrado en Berlín, que reunió a más de 900 líderes institucionales, industriales y académicos, confirmó esta necesidad de un ecosistema europeo de cloud y datos más resiliente y menos dependiente de proveedores no europeos.
La IA generativa se vuelve soberana
Tras la explosión inicial de los grandes modelos, 2026 marcará la transición hacia la IA generativa de confianza, alojada en entornos locales o infraestructuras europeas certificadas.
“Estamos viendo un alejamiento claro de las arquitecturas abiertas y descontroladas”, explica Fried. “Las organizaciones quieren modelos de IA que sean trazables, éticos, compatibles con la normativa europea y sobre todo, seguros frente a fugas o alteraciones de datos sensibles”.
Los proyectos de IA soberana, tanto nacionales como paneuropeos, se multiplicarán, impulsados por proveedores cloud de confianza y por los reguladores.
Las normativas europeas se convierten en la columna vertebral de la resiliencia digital
Regulaciones como DORA, NIS2, Data Act y Cyber Resilience Act serán el marco que definirá cómo se gestionan, protegen y auditan los datos en Europa.
“Europa está dejando de ser el continente lento para convertirse en el continente de la seguridad razonada”, destaca Fried. “Estas normativas no frenan la innovación, la ordenan y la hacen confiable”.
Las empresas invertirán en mapeo de datos, trazabilidad avanzada, copias de seguridad inmutables y flujos transparentes, para demostrar un control de principio a fin.
El multi-cloud soberano se convierte en estándar
Según Fried, el modelo de “un solo cloud global y sin fronteras” ha dejado de ser realista. En su lugar, 2026 consolidará las arquitecturas híbridas y multi-cloud que combinan: cloud públicos internacionales, proveedores europeos y centros de datos propios.
Este enfoque permitirá equilibrar la innovación y la soberanía, especialmente en sectores como las finanzas, la salud y los servicios públicos.
“El cloud ya no es un destino, sino un ecosistema segmentado y controlado”, señala Fried. “Las organizaciones quieren flexibilidad, pero sin renunciar al control de sus datos críticos”.
Conclusiones para 2026
El movimiento hacia la soberanía del dato ya está en marcha. Para Fried, la ventaja competitiva de los próximos años dependerá de una correcta combinación de innovación y autonomía.
“En un mundo donde el dato lo impulsa todo, tener el control ya no es opcional”, concluye Daniel Fried. “Las organizaciones que actúen ahora estarán mejor preparadas para el futuro”.